Alto horno nº2 en el Puerto de Sagunto

Datación de la obra: 1922.

Solicitante: Carmen Gradolí, Luis Francisco Herrero y Arturo Sanz.

Motivo del galardón:

El Jurado ha querido reconocer el esfuerzo sostenido para salvar este monumento excepcional, que es el Alto Horno nº 2 del Puerto de Sagunto, y permitir así su comprensión por las generaciones futuras.

La recuperación del Alto Horno número 2, testigo del desarrollo industrial del carbón y el acero en los años 20, devuelve al puerto de Sagunto uno de los iconos de su paisaje histórico y cultural.

La supervivencia de los altos hornos de la industria siderúrgica del siglo XX es uno de los retos patrimoniales del siglo XXI. Su conservación es vital para la comprensión de la historia europea compartida, habida cuenta que el carbón y el acero estuvieron en el origen de nuestra Unión Europa. La singularidad del alto horno como legado industrial procede tanto de su especificidad como elemento icónico de la industria siderúrgica, como de su carácter conmemorativo de una etapa industrial ya superada, y de su potencial didáctico. Esta singularidad ha determinado las posibilidades de la intervención: el alto horno no es un contenedor al que se pueda implantar un nuevo uso más o menos adecuado a sus características espaciales y a su destino original, sino una máquina enorme, un artefacto que se ha construido y modificado con unos medios, una finalidad y, sobre todo, una actitud muy distinta a la que hoy nos anima a conservarlo.

El Alto Horno nº 2 es el elemento conservado más interesante de una industria que, a partir de 1917, determinó la creación de todo una ciudad en la que la trama urbana y social dependían completamente de la factoría de Altos Hornos del Mediterráneo. Su cierre en 1984 y la demolición de la práctica totalidad de sus elementos supusieron una ruptura traumática con el pasado, determinando una crisis humana y urbanística en la que desapareció el referente más importante de la población y en la que los restos conservados, con un aspecto decrépito cuando no ruinoso, apenas podían transmitir su carga significativa. Ante esta situación, la actuación en el Alto Horno nº2 tuvo la responsabilidad de restituir como elemento cultural un pasado del que es casi el único nexo de unión. Para ello, se ejecutó una actuación que contemplaba varios aspectos. El primero era la consolidación estructural del horno, una torre metálica de 64 m de altura que, durante más de trece años, estuvo abandonada y sin mantenimiento en un entorno marino agresivo. El segundo era la recuperación de su imagen, acometiendo una actuación optimista que ha devuelto al horno el aspecto que tenía después de una de sus periódicas reconstrucciones, cuando quedaba listo para acometer una nueva campaña de funcionamiento. El tercero fue su habilitación funcional con carácter didáctico, haciendo visitable desde su entorno inmediato hasta su interior, y creando un recorrido que permite acceder hasta sus niveles más altos. Para potenciar este carácter didáctico, se ha edificado un pabellón de recepción, dotado de medios audiovisuales, donde, previo a la visita y mediante la restitución virtual de los elementos desaparecidos, se puede interpretar la posición de un Alto Horno en el proceso siderúrgico y comprender su propio funcionamiento como máquina productora de arrabio.

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